Talált 348 Eredmények: Noche

  • A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: "Ten ánimo, pues como has dado testimonio en Jerusalén acerca de mí, así conviene también que lo des en Roma". (Hechos 23, 11)

  • Después llamó a dos oficiales y les dijo: "A las nueve de la noche hay que salir para Cesarea. Preparad doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros". (Hechos 23, 23)

  • Los soldados, según las órdenes recibidas, tomaron a Pablo y lo llevaron durante la noche a Antípatris; (Hechos 23, 31)

  • a la que aspiran nuestras doce tribus, sirviendo a Dios asiduamente día y noche. Por causa de esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos. (Hechos 26, 7)

  • Esta noche un ángel del Dios al que pertenezco y a quien sirvo se me ha aparecido y me ha dicho: (Hechos 27, 23)

  • La noche está avanzada y el día está cerca; por lo tanto, dejemos a un lado las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. (Romanos 13, 12)

  • Yo recibí del Señor lo que os he transmitido: Que Jesús, el Señor, en la noche que fue entregado, tomó pan, (I Corintios 11, 23)

  • tres veces fui azotado con varas, una vez apedreado, naufragué tres veces, he pasado en los abismos del mar un día y una noche; (II Corintios 11, 25)

  • Hermanos, recordad nuestros trabajos y fatigas; cómo trabajábamos día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os anunciábamos el evangelio de Dios. (I Tesalonicenses 2, 9)

  • Noche y día le pedimos con renovada insistencia que nos conceda veros personalmente y poder completar así lo que falta todavía a vuestra fe. (I Tesalonicenses 3, 10)

  • Vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como el ladrón en la noche. (I Tesalonicenses 5, 2)

  • Todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no sois hijos de la noche ni de las tinieblas. (I Tesalonicenses 5, 5)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina