Talált 165 Eredmények: Montes

  • Desde el Horeb a Cades Barne, por los montes de Seír, hay once días de camino. (Deuteronomio 1, 2)

  • El Señor, tu Dios, te va a introducir en una tierra buena; tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas, que brotan en el fondo de los valles y sobre los montes; (Deuteronomio 8, 7)

  • La tierra en que vais a entrar para poseerla es una tierra de montes y de valles, que riega la lluvia del cielo. (Deuteronomio 11, 11)

  • Estos montes se encuentran al otro lado del Jordán, detrás del camino del occidente, en la tierra de los cananeos que viven en la Arabá, frente a Guilgal, junto a la encina de Moré. (Deuteronomio 11, 30)

  • el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el antílope, el búfalo, la gamuza, (Deuteronomio 14, 5)

  • Se ha encendido el fuego de mi ira y quemará hasta lo profundo del abismo; devorará la tierra y sus productos y abrasará los cimientos de los montes. (Deuteronomio 32, 22)

  • Los montes se derritieron ante la presencia del Señor, ante la presencia del Señor, Dios de Israel. (Jueces 5, 5)

  • La mano de Madián pesó fuertemente sobre Israel. Para escapar de Madián, los israelitas se sirvieron de las cuevas, cavernas y refugios de los montes. (Jueces 6, 2)

  • Gaal los vio y dijo a Zebul: "Mira la gente que baja de la cumbre de los montes". Zebul le respondió: "Son las sombras de los montes que te parecen hombres". (Jueces 9, 36)

  • Después dijo a su padre: "Concédeme esta gracia: déjame libre durante dos meses para ir por los montes con mis compañeras llorando mi virginidad". (Jueces 11, 37)

  • Él respondió: "Vete". Y la dejó libre durante dos meses. Ella y sus compañeras fueron por los montes y lloraron su virginidad. (Jueces 11, 38)

  • Que mi sangre no caiga en tierra lejos de la presencia del Señor. Porque el rey ha salido a buscar mi vida como se persigue una perdiz por los montes". (I Samuel 26, 20)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina