Talált 31 Eredmények: Macabeo

  • Pero los soldados del Macabeo, después de hacer súplicas y pedir al Señor que viniera a luchar a su lado, atacaron las fortalezas de los idumeos. (II Macabeos 10, 16)

  • El Macabeo, dejando a Simón, José, Zaqueo y a los que con ellos estaban con fuerzas suficientes para mantener el asedio, se marchó a donde más urgía su presencia. (II Macabeos 10, 19)

  • Cuando el Macabeo se enteró, reunió a los jefes del pueblo y los recriminó por haber dejado escapar libres a los enemigos de sus hermanos, traicionando a éstos por dinero. (II Macabeos 10, 21)

  • Cuando los del Macabeo supieron que se iban acercando, hicieron súplicas a Dios con la cabeza cubierta de ceniza y los lomos ceñidos con cilicios. (II Macabeos 10, 25)

  • Rodeando al Macabeo, dos de ellos lo defendían con las armas, lo hacían invulnerable y, al mismo tiempo, lanzaban flechas y rayos contra el enemigo, que caía y se dispersaba en el mayor desorden, herido de ceguera. (II Macabeos 10, 30)

  • Las fuerzas del Macabeo asediaron con todo entusiasmo la fortaleza durante cuatro días. (II Macabeos 10, 33)

  • Pero al amanecer del día quinto, veinte jóvenes de las tropas del Macabeo, encendidos de indignación por las blasfemias, se subieron valerosamente sobre la muralla y mataron a cuantos cayeron en sus manos. (II Macabeos 10, 35)

  • Cuando los hombres del Macabeo supieron que se ponía sitio a sus fortalezas, suplicaron al Señor, en unión con el pueblo, con gemidos y llantos, que se dignara enviar un ángel para salvar a Israel. (II Macabeos 11, 6)

  • Enseguida el Macabeo, tomando el primero las armas, exhortaba a los demás a unirse con él en el peligro para socorrer a sus hermanos. (II Macabeos 11, 7)

  • El Macabeo accedió, mirando por el bien común, a las ofertas de Lisias. Y, en efecto, el rey concedió todo lo que el Macabeo exigió a Lisias por escrito. (II Macabeos 11, 15)

  • Cuando el Macabeo se enteró de la crueldad cometida contra sus compatriotas, llamó a los que estaban con él, invocó a Dios, justo juez, y (II Macabeos 12, 5)

  • Dositeo y Sosípatro, jefes de las tropas del Macabeo, marcharon contra ella y aniquilaron la guarnición dejada por Timoteo, de más de diez mil hombres. (II Macabeos 12, 19)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina