Talált 121 Eredmények: Joab

  • Joab respondió: "¡Lejos, lejos de mí! Yo no quiero destruir ni devastar. (II Samuel 20, 20)

  • La mujer, con su sabiduría, convenció a toda la ciudad, cortaron la cabeza a Sebá, hijo de Bicrí, y se la tiraron a Joab. Éste hizo sonar la trompeta y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa. Joab volvió a Jerusalén junto al rey. (II Samuel 20, 22)

  • Joab mandaba todo el ejército de Israel; Benayas, hijo de Yehoyadá, mandaba a los quereteos y peleteos; (II Samuel 20, 23)

  • Abisay, hermano de Joab e hijo de Sarvia, era el jefe de los treinta. Él blandió la lanza contra trescientos, los mató y adquirió fama entre los treinta. (II Samuel 23, 18)

  • Asael, hermano de Joab, era también de los treinta. Eljanán, hijo de Dodó, de Belén. (II Samuel 23, 24)

  • Sélec, el amonita; Najray, de Beerot, escudero de Joab, hijo de Sarvia; (II Samuel 23, 37)

  • El rey dijo a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él: "Recorred todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba, y haced el censo del pueblo para que sepa yo su número". (II Samuel 24, 2)

  • Joab dijo al rey: "Que el Señor, tu Dios, aumente la población otras cien veces más y que mi señor, el rey, lo vea con sus ojos; pero ¿para qué quiere esto mi señor, el rey?". (II Samuel 24, 3)

  • Pero el rey mantuvo su orden contra Joab y contra los jefes del ejército; y Joab y los jefes del ejército salieron de la presencia del rey para hacer el censo de la población de Israel. (II Samuel 24, 4)

  • Joab dio al rey el resultado del censo del pueblo: había en Israel ochocientos mil hombres de guerra que blandían la espada, y en Judá, quinientos mil. (II Samuel 24, 9)

  • Trataba con Joab, hijo de Sarvia, y con el sacerdote Abiatar, los cuales tomaron partido por Adonías. (I Reyes 1, 7)

  • Ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad, y ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, general del ejército; pero a tu siervo Salomón no le ha invitado. (I Reyes 1, 19)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina