Talált 100 Eredmények: Inteligencia

  • Le he llenado del espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y habilidad para toda suerte de trabajos, (Exodo 31, 3)

  • y le ha llenado del espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y habilidad para toda suerte de trabajos; (Exodo 35, 31)

  • Besalel, Oholiab y todos los hombres expertos, en los que el Señor ha puesto habilidad e inteligencia para toda clase de trabajos, ejecutarán toda la obra del santuario, según lo ha ordenado el Señor". (Exodo 36, 1)

  • Pero hasta la fecha, el Señor no os ha dado inteligencia para entender, ojos para ver y oídos para escuchar. (Deuteronomio 29, 3)

  • Actúa con inteligencia y no dejes bajar en paz sus canas al abismo. (I Reyes 2, 6)

  • Dios concedió a Salomón sabiduría y prudencia grandísimas y una inteligencia tan grande como las arenas de las playas del mar. (I Reyes 5, 9)

  • hijo de una viuda de la tribu de Neftalí y de padre tirio, que trabajaba el bronce. Estaba dotado de sabiduría, inteligencia y técnica para realizar cualquier trabajo en bronce. Se presentó al rey Salomón y ejecutó todos sus encargos. (I Reyes 7, 14)

  • Que el Señor te dé sabiduría e inteligencia cuando te constituya sobre Israel, para que puedas observar la ley del Señor, tu Dios. (I Crónicas 22, 12)

  • Dame sabiduría e inteligencia para gobernar con acierto a este pueblo; pues ¿quién podría gobernar a un pueblo tan numeroso como es tu pueblo?". (II Crónicas 1, 10)

  • Dios dijo a Salomón: "Puesto que éste ha sido tu deseo y no has pedido ni riquezas, ni hacienda, ni fama, ni siquiera larga vida, sino que has pedido sabiduría e inteligencia para gobernar a mi pueblo, sobre el que te he constituido rey, (II Crónicas 1, 11)

  • te concedo la sabiduría y la inteligencia. Pero te daré también riquezas, hacienda y fama como no las tuvieron los reyes que te han precedido, ni las tendrán los que vengan detrás de ti". (II Crónicas 1, 12)

  • De los ancianos, el saber; de la longevidad, la inteligencia. (Job 12, 12)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina