Talált 158 Eredmények: Incienso Sagrado

  • y quemó en él el incienso perfumado, como el Señor le había mandado. (Exodo 40, 27)

  • Cuando alguien quiera hacer una ofrenda al Señor, será de flor de harina, sobre la cual derramará aceite y pondrá incienso. (Levítico 2, 1)

  • La presentará a los hijos de Aarón, los sacerdotes; tomará un puñado de flor de harina con aceite y todo el incienso, y el sacerdote lo quemará sobre el altar como memorial. Es una ofrenda quemada, un perfume agradable al Señor. (Levítico 2, 2)

  • sobre ellas derramarás el aceite y pondrás el incienso: es una ofrenda. (Levítico 2, 15)

  • Como memorial, el sacerdote quemará una parte de los granos triturados, el aceite con todo el incienso. Es una ofrenda quemada en honor del Señor. (Levítico 2, 16)

  • Si sus posibilidades no llegan tampoco al par de tórtolas o de pichones, presentará como ofrenda por su pecado cuatro kilos y medio de flor de harina sin mezclar aceite ni poner incienso, pues es un sacrificio por el pecado. (Levítico 5, 11)

  • Uno de ellos tomará un puñado de flor de harina, con el aceite correspondiente y con todo el incienso, y lo quemará sobre el altar: memorial y perfume agradable al Señor. (Levítico 6, 8)

  • Aarón y sus hijos comerán lo restante en forma de panes sin levadura en lugar sagrado dentro del atrio de la tienda de la reunión. (Levítico 6, 9)

  • La comerá el sacerdote que la ha sacrificado; la comerá en lugar sagrado dentro del atrio de la tienda de la reunión. (Levítico 6, 19)

  • Todo cuanto toque la carne quedará consagrado. Si la sangre salpicare alguna vestidura, ésta será lavada en lugar sagrado. (Levítico 6, 20)

  • Todos los sacerdotes podrán comer de él, pero en lugar sagrado, pues es cosa santísima". (Levítico 7, 6)

  • Los hijos de Aarón, Nadab y Abihú, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en él, echaron encima el incienso y ofrecieron ante el Señor un fuego profano que él no les había ordenado. (Levítico 10, 1)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina