Talált 234 Eredmények: Diez Cuernos

  • Diez días después fue dirigida a Jeremías la palabra del Señor. (Jeremías 42, 7)

  • Y en el año noveno de su reinado, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén. Acampó junto a ella y levantó alrededor un terraplén de asedio. (Jeremías 52, 4)

  • El día diez del quinto mes -era el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia-, llegó a Jerusalén Nebuzardán, jefe de la escolta y del servicio personal del rey de Babilonia, (Jeremías 52, 12)

  • Ya Baruc, el día diez del mes de siván, había recobrado los utensilios del templo del Señor, sacados del templo, para restituirlos a Judá; utensilios de plata, mandados hacer por Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá; (Baruc 1, 8)

  • y si vuestro pensamiento sólo fue apartaros de Dios, volved ahora y buscadle con ardor diez veces mayor. (Baruc 4, 28)

  • En el año séptimo, el día diez del quinto mes, vinieron a consultar al Señor algunos ancianos de Israel y se sentaron a mi alrededor. (Ezequiel 20, 1)

  • El año noveno, el día diez del décimo mes, el Señor me dijo: (Ezequiel 24, 1)

  • porque vosotros habéis empujado con el flanco y el lomo, con los cuernos habéis topado a las más débiles hasta echarlas fuera; (Ezequiel 34, 21)

  • El año veinticinco de nuestro destierro, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, aquel día el Señor puso su mano sobre mí y me llevó, (Ezequiel 40, 1)

  • El vestíbulo tenía diez metros de longitud y seis de anchura. Se subía a él por diez gradas. Y junto a las pilastras había columnas, una a cada lado. (Ezequiel 40, 49)

  • La anchura de la puerta era de cinco metros: dos metros y medio por un lado y dos y medio por el otro. Midió también el santuario: veinte metros de largo por diez de ancho. (Ezequiel 41, 2)

  • La longitud: diez metros; la anchura por el lado del santo: diez metros. Y me dijo: "Éste es el lugar santo". (Ezequiel 41, 4)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina