Talált 501 Eredmények: Bel

  • Murió Bela y le sucedió Yobab, hijo de Zéraj de Bosra. (Génesis 36, 33)

  • Murió Baal Janán, hijo de Acbor, y le sucedió Hadar; su capital se llamaba Pau, y su mujer Mehetabel, hija de Matred, hijo de Mezahab. (Génesis 36, 39)

  • Entonces dejó en las manos de José todo cuanto poseía; con él no tenía que preocuparse de nada, a no ser del alimento que tomaba. José era guapo y esbelto. (Génesis 39, 6)

  • Hijos de Benjamín: Bela, Béker, Asbel. Hijos de Bela: Guerá, Naamán, Ejí, Ros, Mupín, Yupín y Ared. (Génesis 46, 21)

  • Cuando yo volvía de Padán Arán perdí a Raquel, tu madre, en el camino a través de Canaán, no lejos de Éfrata, y la sepulté en el camino de Éfrata, o sea Belén". (Génesis 48, 7)

  • Aarón se casó con Isabel, hija de Aminadab, hermana de Najsón, de la que tuvo a Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. (Exodo 6, 23)

  • Respeta su presencia y escucha su voz; no te rebeles contra él, porque no perdonará vuestra infidelidad, pues mi nombre está en él. (Exodo 23, 21)

  • El día séptimo se cortará de nuevo pelos, cabello, barba y cejas; se cortará todos los pelos. Lavará sus vestidos, bañará con agua su cuerpo y será puro. (Levítico 14, 9)

  • Durante todo el tiempo de su nazireato no pasará la navaja por su cabeza; hasta que se cumpla el tiempo de su voto al Señor está consagrado y dejará crecer libremente su cabellera. (Números 6, 5)

  • Si alguno muere de repente junto a él, contaminándole su cabellera consagrada, deberá afeitarse la cabeza el día de su purificación; se la afeitará el séptimo día, (Números 6, 9)

  • El nazireo se afeitará su cabeza consagrada a la entrada de la tienda de la reunión, y tomando los cabellos de su cabeza consagrada, los echará al fuego que arde bajo el sacrificio de reconciliación. (Números 6, 18)

  • Ésta es la ley del nazireo. Si además de su cabellera el nazireo ha hecho voto de una ofrenda personal al Señor (sin contar otras posibles ofrendas), cumplirá el voto hecho, además de lo que la ley tiene ya previsto para su cabellera". (Números 6, 21)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina