Talált 225 Eredmények: Aunque
Más vale el pobre que vive honestamente que el hombre de caminos torcidos aunque sea rico. (Proverbios 28, 6)
entonces advertí que el hombre no puede descubrir todas las obras de Dios que se realizan bajo el sol; por mucho que el hombre se fatigue buscándolas, no llega a descubrirlas. Y aunque un sabio diga que lo sabe, tampoco llega a descubrirlo. (Eclesiastés 8, 17)
Aunque vivan muchos años serán tenidos como nada, y serán despreciados hasta el final de su vejez. (Sabiduría 3, 17)
Aunque brotaran ramos verdes por algún tiempo, no estando ella bien afianzada en el suelo, será sacudida por el viento y arrasada por la violencia del huracán. (Sabiduría 4, 4)
Y aunque es una, lo puede todo; sin salir de sí todo lo renueva y en todas las edades, derramándose en almas santas, hace de ellas amigos de Dios y profetas. (Sabiduría 7, 27)
Tendré por ella gloria entre las gentes y honor ante las naciones, aunque soy joven. (Sabiduría 8, 10)
Pues aunque alguno fuese perfecto entre los hijos de los hombres, como le falte la sabiduría que de ti procede será estimado en nada. (Sabiduría 9, 6)
Pero castigándolos poco a poco les dabas lugar a arrepentirse, aunque no ignorabas que su raza era perversa y su maldad congénita; que jamás su pensamiento mudaría. (Sabiduría 12, 10)
Y así aquéllos, aunque estaban ansiosos de alimento, ante el aspecto repugnante de los animales que les enviaste, perdieron las ganas de comer; mientras que tu pueblo, después de una breve privación, gustó un manjar exquisito. (Sabiduría 16, 3)
Aunque no hubiera nada terrible que pudiera asustarlos, ellos, sobresaltados por el paso de los animales y el silbido de las serpientes (Sabiduría 17, 9)
Una luz espléndida brillaba, en cambio, para tus santos. Los egipcios, que oían su voz sin ver su figura, los proclamaban dichosos, aunque primero hubiesen padecido; (Sabiduría 18, 1)
No digas: "Grande es su misericordia, perdonará la muchedumbre de mis pecados". Porque, aunque es misericordioso, también se enfurece y su furor descarga sobre los pecadores. (Eclesiástico 5, 6)