Talált 480 Eredmények: soy
Del mismo modo juzgarás al forastero y al nativo; porque yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 24, 22)
Ninguno de vosotros dañe a su prójimo, antes bien teme a tu Dios; pues yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 25, 17)
Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán y ser vuestro Dios. (Levítico 25, 38)
No os hagáis ídolos, ni pongáis imágenes o estelas, ni coloquéis en vuestra tierra piedras grabadas para postraros ante ellas, porque yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 26, 1)
Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué del país de Egipto, para que no fueseis sus esclavos; rompi las coyundas de vuestro yugo y os hice andar con la cabeza erguida. (Levítico 26, 13)
A pesar de todo, cuando estén ellos en tierra enemiga, no los desecharé ni los aborreceré hasta su total exterminio, anulando mi alianza con ellos, porque yo soy Yahveh, su Dios; (Levítico 26, 44)
Yahveh dijo a Aarón: «Tú no tendrás heredad ninguna en su tierra; no habrá porción para ti entre ellos. Yo soy tu porción para ti entre ellos. Yo soy tu porción y tu heredad entre los israelitas. (Números 18, 20)
Respondió la burra a Balaam: «¿No soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el dia de hoy? ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo?» Respondió él: «No.» (Números 22, 30)
«Yo soy Yahveh tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. (Deuteronomio 5, 6)
No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, (Deuteronomio 5, 9)
Pero si desoyes la voz de Yahveh tu Dios, y no cuidas de practicar todos sus mandamientos y sus preceptos, que yo te prescribo hoy, te sobrevendrán y te alcanzarán todas las maldiciones siguientes: (Deuteronomio 28, 15)
No habéis tenido pan que comer, ni vino o licor fermentado que beber, para que supierais que yo, Yahveh, soy vuestro Dios. (Deuteronomio 29, 5)