Talált 97 Eredmények: regreso de los setenta

  • El edificio que bordeaba el patio por el lado occidental tenía setenta codos de anchura; y la pared de este edificio tenía un espesor de cinco codos, todo alrededor, con una longitud de noventa codos. (Ezequiel 41, 12)

  • Daniel regresó a su casa e informó del caso a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías, (Daniel 2, 17)

  • el año primero de su reinado, yo, Daniel, me puse a investigar en las Escrituras sobre el número de años que, según la palabra de Yahveh dirigida al profeta Jeremías, debían pasar sobre las ruinas de Jerusalén, a saber setenta años. (Daniel 9, 2)

  • Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a la rebeldía, para sellar los pecados, para expiar la culpa, para instaurar justicia eterna, para sellar visión y profecía, para ungir el santo de los santos. (Daniel 9, 24)

  • Daniel dijo al rey: «¡Hágase según tu palabra!» Eran setenta los sacerdotes de Bel, sin contar las mujeres y los hijos. (Daniel 14, 9)

  • Tomó la palabra el ángel de Yahveh y dijo: «Oh Yahveh Sebaot, ¿hasta cuándo seguirás sin apiadarte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás irritado desde hace setenta años?» (Zacarías 1, 12)

  • Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes y di: «Cuando habéis ayunado y plañido, en el quinto y séptimo mes, y esto durante setenta años, ¿habéis ayunado de verdad por mí? (Zacarías 7, 5)

  • Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» (Mateo 18, 22)

  • Entonces toda la gente del país de los gerasenos le rogaron que se alejara de ellos, porque estaban poseídos de gran temor. El, subiendo a la barca, regresó. (Lucas 8, 37)

  • Cuando regresó Jesús, le recibió la muchedumbre, pues todos le estaban esperando. (Lucas 8, 40)

  • «Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: "Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos." (Lucas 14, 21)

  • «Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. (Lucas 19, 15)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina