Talált 733 Eredmények: ojos
Contempla a Sión, villa de nuestras solemnidades: tus ojos verán a Jerusalén, albergue fijo, tienda sin trashumancia, cuyas clavijas no serán removidas nunca y cuyas cuerdas no serán rotas. (Isaías 33, 20)
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. (Isaías 35, 5)
«Tiende, Yahveh, tu oído y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Oye las palabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Dios vivo. (Isaías 37, 17)
¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel! (Isaías 37, 23)
Dijo: «¡Ah, Yahveh! Dígnate recordar que yo he andado en tu presencia con fidelidad y corazón perfecto haciendo lo recto a tus ojos.» Y Ezequías lloró con abundantes lágrimas. (Isaías 38, 3)
Como grulla, como golondrina chirrío, zureo como paloma. Se consumen mis ojos de mirar hacia arriba. Yahveh, estoy oprimido, sal por mí. (Isaías 38, 14)
Alzad a lo alto los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto? El que hace salir por orden al ejército celeste, y a cada estrella por su nombre llama. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energía, no falta ni una. (Isaías 40, 26)
para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas. (Isaías 42, 7)
dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. (Isaías 43, 4)
Haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas. (Isaías 43, 8)
No saben ni entienden, sus ojos están pegados y no ven; su corazón no comprende. (Isaías 44, 18)
Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza. (Isaías 49, 5)