Talált 84 Eredmények: manto

  • ¡Los que me acusan queden vestidos de ignominia, como en un manto en su vergüenza envueltos! (Salmos 109, 29)

  • ¿Quién subió a los cielos y volvió a bajar? ¿quién ha recogido viento en sus palmas? ¿quién retuvo las aguas en su manto? ¿quién estableció los linderos de la tierra? ¿Cuál es su nombre y el nombre de su hijo, si es que lo sabes? (Proverbios 30, 4)

  • No te gloríes del manto que te envuelve, el día de la gloria no te engrías; pues admirables son las obras del Señor, pero están ocultas a los hombres. (Eclesiástico 11, 4)

  • Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego. (Isaías 9, 4)

  • Se puso la justicia como coraza y el casco de salvación en su cabeza. Se puso como túnica vestidos de venganza y se vistió el celo como un manto. (Isaías 59, 17)

  • «Con gozo me gozaré en Yahveh, exulta mi alma en mi Dios, porque me ha revestido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha envuelto como el esposo se pone una diadema, como la novia se adorna con aderezos. (Isaías 61, 10)

  • Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. (Baruc 5, 2)

  • Pero de aquí tomarás una pequeña cantidad que recogerás en el vuelo de tu manto, (Ezequiel 5, 3)

  • Entonces pasé yo junto a ti y te vi. Era tu tiempo, el tiempo de los amores. Extendí sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; me comprometí con juramento, hice alianza contigo - oráculo del señor Yahveh - y tú fuiste mía. (Ezequiel 16, 8)

  • Te puse vestidos recamados, zapatos de cuero fino, una banda de lino fino y un manto de seda. (Ezequiel 16, 10)

  • En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. (Ezequiel 28, 13)

  • La palabra llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó su manto, se cubrió de sayal y se sentó en la ceniza. (Jonás 3, 6)


“Jesus está com você, e o Cireneu não deixa de ajudar-te a subir o Calvário.” São Padre Pio de Pietrelcina