Talált 84 Eredmények: manto

  • Y como Samuel se volviera para marcharse, le asió Saúl el extremo del manto, que se desgarró, (I Samuel 15, 27)

  • Se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a David, su vestido y también su espada, su arco y su cinturón. (I Samuel 18, 4)

  • Los hombres de David le dijeron: «Mira, este es el día que Yahveh te anunció: Yo pongo a tu enemigo en tus manos, haz de él lo que te plazca.» Levantóse David y silenciosamente cortó la punta del manto de Saúl. (I Samuel 24, 5)

  • Después su corazón le latía fuertemente por haber cortado la punta del manto de Saúl, (I Samuel 24, 6)

  • Mira, padre mío, mira la punta de tu manto en mi mano; si he cortado la punta de tu manto y no te he matado, reconoce y mira que no hay en mi camino maldad ni crimen, ni he pecado contra ti, mientras que tú me pones insidias para quitarme la vida. (I Samuel 24, 12)

  • Saúl le preguntó: «¿Qué aspecto tiene?» Ella respondió: «Es un hombre anciano que sube envuelto en su manto.» Comprendió Saúl que era Samuel y cayendo rostro en tierra se postró. (I Samuel 28, 14)

  • Por aquel tiempo salió Jeroboam de Jerusalén, y el profeta Ajías de Silo le encontró en el camino. Iba éste cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solos en el campo. (I Reyes 11, 29)

  • Ajías tomó el manto nuevo que llevaba, lo rasgó en doce jirones (I Reyes 11, 30)

  • Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?» (I Reyes 19, 13)

  • Partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Había delante de él doce yuntas y él estaba con la duodécima. Pasó Elías y le echó su manto encima. (I Reyes 19, 19)

  • Le respondieron: «Era un hombre con manto de pelo y con una faja de piel ceñida a su cintura.» El dijo: «Es Elías tesbita.» (II Reyes 1, 8)

  • Tomó Elías su manto, lo enrolló y golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto. (II Reyes 2, 8)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina