Talált 30 Eredmények: llegan
He aquí que los terraplenes llegan a la ciudad para tomarla y la ciudad está ya a merced de los caldeos que la atacan, por causa de la espada y del hambre y de la peste; lo que habías dicho, ha sido, y tú mismo lo estás viendo. (Jeremías 32, 24)
Mira, llegan tus hijos, a los que despediste, vuelven reunidos desde oriente a accidente, a la voz del Santo, alegres de la gloria de Dios. (Baruc 4, 37)
Ocurre a veces que los sacerdotes roban a sus dioses oro y plata y lo emplean en sus propios gastos, y llegan a dárselo incluso a las prostitutas de la terraza. (Baruc 6, 9)
Al no tener pies, son llevados a hombros, exhibiendo así a los hombres su propia ignominia; y quedan también en vergüenza sus servidores, porque si aquéllos llegan a caer en tierra, tienen que ser levantados por ellos. (Baruc 6, 25)
Pues bien diles: Así dice el Señor Yahveh: Yo haré que calle ese proverbio; no se le repetirá más en Israel. Diles en cambio: Llegan los días en que toda visión se cumplirá, (Ezequiel 12, 23)
Llegan todos para hacer violencia, el ardor de sus rostros, como un viento del este, amontona cautivos como arena. (Habacuc 1, 9)
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Díceles Jesús: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. (Mateo 21, 31)
Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. (Marcos 1, 21)
Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar. (Marcos 3, 31)
Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. (Marcos 5, 15)
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos dicendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?» (Marcos 5, 35)
Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. (Marcos 5, 38)