Talált 147 Eredmények: lamentaciones de Jeremías

  • Pues bien, al cabo de diez días fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías. (Jeremías 42, 7)

  • Ahora bien, así que hubo acabado Jeremías de transmitir a todo el pueblo el recado de Yahveh su Dios, que Yahveh le había dado para ellos, (Jeremías 43, 1)

  • dijo Azarías, hijo de Hosaías, y también Yojanán, hijo de Caréaj, y todos los hombres insolentes se pusieron a decir a Jeremías: «Estás mintiendo. No te ha encargado nuestro Dios Yahveh decir: "No vayáis a Egipto como refugiados allí"». (Jeremías 43, 2)

  • a hombres, mujeres, niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nebuzaradán, jefe de la guardia, había dejado en paz con Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Neriyías, (Jeremías 43, 6)

  • Entonces fue dirigida la palabra de Yahveh a Jeremías en Tafnis como sigue: (Jeremías 43, 8)

  • Palabra que fue dirigida a Jeremías con destino a todos los judíos establecidos en territorio egipcio en Migdol, Tafnis, Nof, y en territorio de Patrós. (Jeremías 44, 1)

  • Respondieron a Jeremías todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a otros dioses, y todas las mujeres presentes - una gran concurrencia - y todo el pueblo establecido en territorio egipcio, en Patrós: (Jeremías 44, 15)

  • Jeremías dijo a todo el pueblo, a hombres, a mujeres y a todos sus interlocutores: (Jeremías 44, 20)

  • Y dijo Jeremías a todo el pueblo y a todas las mujeres: «Oíd la palabra de Yahveh - todo Judá, los que vivís en Egipto -. (Jeremías 44, 24)

  • Palabra que dijo el profeta Jeremías a Baruc, hijo de Neriyías, cuando éste copiaba estas palabras en un libro al dictado de Jeremías, en el año cuarto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá. (Jeremías 45, 1)

  • Lo que fue dicho por Yahveh al profeta Jeremías sobre las naciones. (Jeremías 46, 1)

  • La palabra que habló Yahveh al profeta Jeremías acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para atacar a Egipto. (Jeremías 46, 13)


“Façamos o bem, enquanto temos tempo à nossa disposição. Assim, daremos glória ao nosso Pai celeste, santificaremos nós mesmos e daremos bom exemplo aos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina