Talált 145 Eredmények: incienso

  • Hasta llegaron a cerrar las puertas del Vestíbulo, apagaron las lámparas, y no quemaron incienso ni ofrecieron holocaustos en el santuario al Dios de Israel. (II Crónicas 29, 7)

  • Hijos míos, no seáis ahora negligentes; porque Yahveh os ha elegido a vosotros para que estéis en su presencia y le sirváis para ser sus ministros y para quemarle incienso.» (II Crónicas 29, 11)

  • Y se levantaron y quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso y los arrojaron al torrente Cedrón. (II Crónicas 30, 14)

  • ¿No es este el mismo Ezequías que ha quitado sus altos y sus altares y ha dicho a Judá y Jerusalén: "Ante un solo altar os postraréis y sobre él habréis de quemar incienso"? (II Crónicas 32, 12)

  • porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, irritándome con todas las obras de sus manos; mi cólera se ha derramado sobre este lugar y no se apagará. (II Crónicas 34, 25)

  • le había proporcionado un aposento espacioso, donde anteriormente se depositaban las oblaciones, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vino y del aceite, es decir, las porciones de los levitas, los cantores y los porteros, y lo reservado a los sacerdotes. (Nehemías 13, 5)

  • y mandé purificar los aposentos y volver a poner en ellos los utensilios de la Casa de Dios, las oblaciones y el incienso. (Nehemías 13, 9)

  • Cayó Judit, rostro en tierra, echó ceniza sobre su cabeza, dejó ver el sayal que tenía puesto y, a la misma hora en que se ofrecía en Jerusalén, en la Casa de Dios, el incienso de aquella tarde, clamó al Señor en alta voz diciendo: (Judit 9, 1)

  • Valga ante ti mi oración como incienso, el alzar de mis manos como oblación de la tarde. (Salmos 141, 2)

  • A las puertas de las casas y en las plazas quemaban incienso. (I Macabeos 1, 55)

  • Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del templo el candelabro, el altar del incienso y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las lámparas del candelabro, que lucieron en el Templo. (I Macabeos 4, 50)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina