Talált 201 Eredmények: arca

  • Dijo el rey a Sadoq: «Haz volver el arca de Dios a la ciudad. Si he hallado gracia a los ojos de Yahveh, me hará volver y me permitirá ver el arca y su morada. (II Samuel 15, 25)

  • Sadoq y Abiatar volvieron el arca de Dios a Jerusalén y se quedaron allí. (II Samuel 15, 29)

  • Dijo el rey al sacerdote Abiatar: «Vete a Anatot, a tus tierras, porque eres reo de muerte, pero no quiero hacerte morir hoy porque llevaste el arca de mi Señor Yahveh en presencia de mi padre David y te afligiste con todas las aflicciones de mi padre.» (I Reyes 2, 26)

  • Se despertó Salomón y era un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca de la alianza del Señor; ofreció holocaustos y sacrificios de comunión y dio un banquete a todos sus servidores. (I Reyes 3, 15)

  • Había preparado un Debir al fondo de la Casa en el interior para colocar en él el arca de la alianza de Yahveh. (I Reyes 6, 19)

  • Entonces congregó Salomón a los ancianos de Israel en Jerusalén para hacer subir el arca de la alianza de Yahveh desde la ciudad de David, que es Sión. (I Reyes 8, 1)

  • y los sacerdotes llevaron el arca, (I Reyes 8, 3)

  • El rey Salomón y todo Israel con él sacrificaron ante el arca ovejas y bueyes en número incalculable e innumerable. (I Reyes 8, 5)

  • Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Yahveh a su sitio, al Debir de la Casa, en el Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines, (I Reyes 8, 6)

  • porque los querubines extendían las alas por encima del sitio del arca, cubriendo los querubines el arca y su varales por encima. (I Reyes 8, 7)

  • En el arca no había nada más que las dos tablas de piedra que Moisés hizo poner en ella, en el Horeb, las tablas de la alianza que pactó Yahveh con los israelitas cuando salieron de la tierra de Egipto. (I Reyes 8, 9)

  • y he señalado en ella un lugar al arca en que está la alianza que Yahveh pactó con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.» (I Reyes 8, 21)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina