Talált 71 Eredmények: altos

  • Con todo, no desaparecieron los altos; el pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en los altos. (I Reyes 22, 44)

  • Sólo que los altos no desaparecieron y el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los altos. (II Reyes 12, 4)

  • Tan sólo que no desaparecieron los altos, y el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los altos. (II Reyes 14, 4)

  • Sólo que no desaparecieron los altos y el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los altos. (II Reyes 15, 4)

  • sólo que no desaparecieron los altos y el pueblo siguió sacrificando y quemando incienso en los altos. El contruyó la Puerta Superior de la Casa de Yahveh. (II Reyes 15, 35)

  • Ofreció sacrificios y quemó incienso en los altos, en las colinas y bajo todo árbol frondoso. (II Reyes 16, 4)

  • Los israelitas maquinaron acciones no rectas contra Yahveh su Dios, se edificaron altos en todas las ciudades, desde las torres de guardia hasta las ciudades fortificadas. (II Reyes 17, 9)

  • y quemaron allí, sobre todos los altos, incienso, como las naciones que Yahveh había expulsado de delante de ellos, y cometieron maldades, que irritaban a Yahveh. (II Reyes 17, 11)

  • Pero cada nación se hizo sus dioses y los pusieron en los templos de los altos que habían hecho los samaritanos, cada nación en las ciudades que habitaba. (II Reyes 17, 29)

  • Veneraban también a Yahveh y se hicieron sacerdotes en los altos, tomados de entre ellos, que oficiaban por ellos en los templos de los altos. (II Reyes 17, 32)

  • El fue quien quitó los altos, derribó las estelas, cortó los cipos y rompió la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los israelitas le habían quemado incienso hasta aquellos días; se la llamaba Nejustán. (II Reyes 18, 4)

  • Pero vais a decirme: "Nosotros confiamos en Yahveh, nuestro Dios." ¿No ha sido él, Ezequías, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a Judá y a Jerusalén: "Os postraréis delante de este altar en Jerusalén?" (II Reyes 18, 22)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina