Talált 139 Eredmények: algo
Entre los seres había algo como brasas incandescentes, con aspecto de antorchas, que se movía entre los seres; el fuego despedía un resplandor, y del fuego salían rayos. (Ezequiel 1, 13)
Por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas, había algo como una piedra de zafiro en forma de trono, y sobre esta forma de trono, por encima, en lo más alto, una figura de apariencia humana. (Ezequiel 1, 26)
Vi luego como el fulgor del electro, algo como un fuego que formaba una envoltura, todo alrededor, desde lo que parecía ser sus caderas para arriba; y desde lo que parecía ser sus caderas para abajo, vi algo como fuego que porducía un resplandor en torno, (Ezequiel 1, 27)
con el aspecto del arco iris que aparece en las nubes los días de lluvia: tal era el aspecto de este resplandor, todo en torno. Era algo como la forma de la gloria de Yahveh. A su vista caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba. (Ezequiel 1, 28)
Miré: había allí una forma con aspecto de hombre. Desde lo que parecían ser sus caderas para abajo era de fuego, y desde sus caderas para arriba era algo como un resplandor, como el fulgor del electro. (Ezequiel 8, 2)
Miré y vi que sobre el firmamento que estaba sobre la cabeza de los querubines aparecía, semejante a la piedra de zafiro, algo como una forma de trono, por encima de ellos. (Ezequiel 10, 1)
No, se tira al fuego para que lo devore: el fuego devora los dos cabos; el centro está quemado, ¿sirve aún para hacer algo? (Ezequiel 15, 4)
El jambaje del Santo era cuadrado. Delante del Santuario se veía algo como (Ezequiel 41, 21)
¡Oíd esto, ancianos, prestad oído, habitantes todos de la tierra! ¿Sucedió algo semejante en vuestros días, o en los días de vuestros padres? (Joel 1, 2)
¿Ruge el león en la selva sin que haya presa para él? ¿Lanza el leoncillo su voz desde su cubil, si no ha atrapado algo? (Amós 3, 4)
Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, (Mateo 5, 23)
A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda. (Mateo 5, 42)