Talált 820 Eredmények: adorar en espíritu y en verdad

  • El espíritu de Yahveh vino sobre Jefté, que recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mispá de Galaad y de Mispá de Galaad pasó donde los ammonitas. (Jueces 11, 29)

  • Y el espíritu de Yahveh comenzó a excitarle en el Campamento de Dan, entre Sorá y Estaol. (Jueces 13, 25)

  • El espíritu de Yahveh le invadió, y sin tener nada en la mano, Sansón despedazó al león como se despedaza un cabrito; pero no contó ni a su padre ni a su madre lo que había hecho. (Jueces 14, 6)

  • Luego el espíritu de Yahveh le invadió, bajó a Ascalón y mató allí a treinta hombres, tomó sus despojos y entregó las mudas a los acertantes de la adivinanza; luego, encendido en cólera, subió a la casa de su padre. (Jueces 14, 19)

  • Cuando llegaba a Lejí y los filisteos corrían a su encuentro, con gritos de triunfo, el espíritu de Yahveh vino sobre él: los cordeles que sujetaban sus brazos fueron como hilos de lino que se queman al fuego y las ligaduras se deshicieron entre sus manos. (Jueces 15, 14)

  • Entonces Dios hendió la cavidad que hay en Lejí y brotó agua de ella. Sansón bebió, recobró su espíritu y se reanimó. Por eso se dio el nombre de En Haccoré a la fuente que existe todavía hoy en Lejí. (Jueces 15, 19)

  • Ahora bien: es verdad que tengo derecho de rescate, pero hay un pariente más cercano que yo con derecho de rescate. (Rut 3, 12)

  • Este hombre subía de año en año desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Yahveh Sebaot en Silo, donde estaban Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, sacerdotes de Yahveh. (I Samuel 1, 3)

  • Te invadirá entonces el espíritu de Yahveh, entrarás en trance con ellos y quedarás cambiado en otro hombre. (I Samuel 10, 6)

  • Desde allí fueron a Guibeá, y he aquí que venía frente a él un grupo de profetas; le invadió el espíritu de Dios y se puso en trance en medio de ellos. (I Samuel 10, 10)

  • Invadió a Saúl el espíritu de Dios en oyendo estas palabras, y se irritó sobremanera. (I Samuel 11, 6)

  • Después dijo Samuel: «Traedme a Agag, rey de los amalecitas», y vino Agag hacia él y se resistía diciendo: «En verdad es amarga la muerte.» (I Samuel 15, 32)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina