Talált 98 Eredmények: Vieron

  • Vieron los arameos que habían sido vencidos por Israel y se concentraron todos. (II Samuel 10, 15)

  • Cuando todos les reyes vasallos de Hadadézer vieron que habían sido batidos ante Israel, hicieron la paz con Israel y le quedaron sometidos. Los arameos no se atrevieron a seguir ayudando a los ammonitas. (II Samuel 10, 19)

  • Todo Israel oyó el juicio que hizo el rey y reverenciaron al rey, pues vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia. (I Reyes 3, 28)

  • Pasaron algunos hombres que vieron el cadáver tirado en el camino y al león que permanecía junto al cadáver; entraron y lo contaron en la ciudad en que vivía el anciano profeta. (I Reyes 13, 25)

  • Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que es el rey de Israel.» Y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó. (I Reyes 22, 32)

  • Al levantarse de mañana brillaba el sol sobre las aguas y los moabitas vieron enfrente las aguas rojas como la sangre, (II Reyes 3, 22)

  • Cuando entraron en Samaría, Eliseo dijo: «Yahveh, abre sus ojos para que vean.» Abrió Yahveh sus ojos y vieron que estaban dentro de Samaría. (II Reyes 6, 20)

  • Estaban unos sepultando un hombre cuando vieron la banda y, arrojando al hombre en el sepulcro de Eliseo, se fueron. Tocó el hombre los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso en pie. (II Reyes 13, 21)

  • Cuando los ammonitas vieron que se habían hecho odiosos a David, Janún y los ammonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros y hombres de carro de Aram de Mesopotamia, de Aram de Maaká y de Sobá. (I Crónicas 19, 6)

  • Cuando los vasallos de Hadadézer vieron que habían sido derrotados por Israel, hicieron la paz con David y le quedaron sometidos; y los arameos no se atrevieron a seguir ayudando a los ammonitas. (I Crónicas 19, 19)

  • Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que es el rey de Israel», y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó y Yahveh le socorrió, alejándolos Dios de él. (II Crónicas 18, 31)

  • El sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes volvieron hacía él sus ojos, y vieron que tenía lepra en la frente. Por lo cual lo echaron de allí a toda prisa; y él mismo se apresuró a salir, porque Yahveh le había herido. (II Crónicas 26, 20)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina