Talált 224 Eredmények: Tribu

  • por la tribu de los hijos de Aser, el principal Ajihud, hijo de Selomí; (Números 34, 27)

  • por la tribu de los hijos de Neftalí, el principal Pedahel, hijo de Ammihud.» (Números 34, 28)

  • Si resulta que se casan con alguno de otra tribu israelita, será arrancada su parte de la herencia de nuestras familias. Aumentará entonces la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer, y se reducirá la herencia que nos tocó en suerte. (Números 36, 3)

  • Y cuando llegue el jubileo para los israelitas, se añadirá la herencia de ellas a la herencia de la tribu a la que vayan a pertenecer y se restará su herencia de la herencia de la tribu de nuestros padres.» (Números 36, 4)

  • Moisés, según la orden de Yahveh, mandó lo siguiente a los israelitas: «Dice bien la tribu de los hijos de José. (Números 36, 5)

  • Esto es lo que Yahveh ordenó acerca de las hijas de Selofjad: Tomarán por esposos a los que bien les parezca, con tal que se casen dentro de los clanes de la tribu de su padre. (Números 36, 6)

  • La herencia de los israelitas no podrá pasar de una tribu a otra, sino que los israelitas estarán vinculados cada uno a la herencia de la tribu de sus padres. (Números 36, 7)

  • Y toda hija que posea una herencia en una de las tribus de los israelitas se casará con uno de un clan de la tribu de su padre para que cada uno de los israelitas posea la herencia de sus padres. (Números 36, 8)

  • No podrá pasar una herencia de una tribu a otra. Cada una de las tribus de los israelitas quedará vinculada a su heredad.» (Números 36, 9)

  • Tomaron marido de los clanes de los hijos de Manasés, hijo de José, y así su herencia fue para la tribu del clan de su padre. (Números 36, 12)

  • Me pareció bien la propuesta y tomé de entre vosotros doce hombres, uno por tribu. (Deuteronomio 1, 23)

  • A la media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y todo Basán, reino de Og: toda la confederación de Argob. (A todo este Basán es a lo que se llama el país de los refaítas.) (Deuteronomio 3, 13)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina