Talált 159 Eredmények: Moab

  • Y murió Jusam, y en su lugar reinó Hodad, hijo de Bedad, que derrotó a los madianitas en los campos de Moab; el nombre de su ciudad fue Avit. (I Crónicas 1, 46)

  • Yoquim, los hombres de Kozebá; y Joás y Saraf, que se casaron en Moab, antes de volver a Belén. Estas son cosas muy antiguas. (I Crónicas 4, 22)

  • Sajaráyim engendró hijos en los campos de Moab, después de haber repudiado a sus mujeres Jusim y Baará. (I Crónicas 8, 8)

  • Benaías, hijo de Yehoyadá, hombre valeroso y pródigo en hazañas, de Cabseel, mató a los dos héroes de Moab; además bajó y mató a un león dentro de una cisterna, en un día de nieve. (I Crónicas 11, 22)

  • El rey David los consagró también a Yahveh, con la plata y el oro que había tomado a todas las naciones: a Edom, a Moab, a los ammonitas, a los filisteos y a los amalecitas. (I Crónicas 18, 11)

  • los hijos de Pajat Moab, por parte de los hijos de Josué y de Joab: 2.812; (Esdras 2, 6)

  • de los hijos de Pajat Moab: Elyehoenay, hijo de Zerajías, y con él doscientos varones; (Esdras 8, 4)

  • de los hijos de Pajat Moab: Adná, Kelal, Benaías, Maaseías, Mattanías, Besalel, Binnuy y Manasés; (Esdras 10, 30)

  • Malkiyías, hijo de Jarim, y Jassub, hijo de Pajat Moab, repararon la parte siguiente, hasta la torre de los Hornos. (Nehemías 3, 11)

  • los hijos de Pajat Moab, por parte de los hijos de Josué y de Joab: 2.818; (Nehemías 7, 11)

  • Los jefes del pueblo: Parós, Pajat Moab, Elam, Zattú, Baní, (Nehemías 10, 15)

  • Nabucodonosor experimentó una gran cólera contra toda aquella tierra y juró por su trono y por su reino que tomaría venganza y pasaría a cuchillo todo el territorio de Cilicia, Damasco y Siria, y a todos los habitantes de Moab, a los ammonitas, a toda la Judea y a todos los de Egipto, hasta los confines de los dos mares. (Judit 1, 12)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina