Talált 167 Eredmények: �Tengo

  • En cuanto a los detalles, tengo dada orden a vuestros enviados y a los míos de que los discutan con vosotros. (II Macabeos 11, 20)

  • ¡Soy el más estúpido de los hombres! No tengo inteligencia humana. (Proverbios 30, 2)

  • Me dije en mi corazón: Tengo una sabiduría grande y extensa, mayor que la de todos mis predecesores en Jerusalén; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y ciencia. (Eclesiastés 1, 16)

  • Todo esto tengo visto al aplicar mi corazón a cuanto pasa bajo el sol, cuando el hombre domina en el hombre para causarle el mal. (Eclesiastés 8, 9)

  • En tus riquezas no te apoyes ni digas: «Tengo bastante con ellas.» (Eclesiástico 5, 1)

  • No digas: «Tengo bastante con ellos, ¿qué mal puede alcanzarme ahora?» (Eclesiástico 11, 24)

  • Dice el necio: «No tengo ni un amigo, no hay gratitud para mis beneficios; (Eclesiástico 20, 16)

  • Nueve cosas que imagino tengo por felices en mi corazón, y una décima la diré con mi lengua: el hombre que recibe de sus hijos contento, que ve, en vida, la caída de sus enemigos. (Eclesiástico 25, 7)

  • Voy a evocar las obras del Señor, lo que tengo visto contaré. Por las palabras del Señor fueron hechas sus obras, y la creación está sometida a su voluntad. (Eclesiástico 42, 15)

  • - Ya no tengo muralla. ¿Quién me ha convertido en espinos y abrojos? - Yo les haré guerra y los pisotearé, los quemaré todos a una, (Isaías 27, 4)

  • ¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos días lo había planeado, ahora lo ejecuto. Tú has convertido en cúmulos de ruinas las fuertes ciudades. (Isaías 37, 26)

  • No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera. (Isaías 41, 10)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina