Talált 135 Eredmények: volver

  • Iojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las tropas que lo acompañaban, tomaron a todo el resto del pueblo que Ismael, hijo de Natanías, se había llevado cautivo desde Mispá, después de dar muerte a Godolías, hijo de Ajicám: eran hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, a los que él hizo volver de Gabaón. (Jeremías 41, 16)

  • No habrá fugitivo ni sobreviviente para el resto de Judá, para los que entraron en el país de Egipto a fin de residir allí. En cuanto a volver al país de Judá, adonde ellos suspiran por volver, no, no volverán, salvo algunos fugitivos. (Jeremías 44, 14)

  • Haré volver a Israel a su pastizal, para que paste en el Carmelo y en Basán y se sacie en la montaña de Efraím y Galaad. (Jeremías 50, 19)

  • Entonces los haré volver a la tierra que juré dar a sus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob, y se adueñarán de ella. Los multiplicaré y ya no disminuirán. (Baruc 2, 34)

  • Yo los dejé partir con dolor y lágrimas, pero Dios los hará volver a mí, con gozo y alegría para siempre. (Baruc 4, 23)

  • Cambiaré la suerte de Egipto y los haré volver a la tierra de Patrós, su país de origen. Allí serán un reino humilde, (Ezequiel 29, 14)

  • No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Al contrario, las han dominado con rigor y crueldad. (Ezequiel 34, 4)

  • Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia. (Ezequiel 34, 16)

  • Por eso, profetiza diciéndoles: Así habla el Señor: Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel. (Ezequiel 37, 12)

  • Yo te haré volver, te pondré garfios en las mandíbulas y te haré salir con todo tu ejército: caballos y jinetes, todos ellos perfectamente equipados, una multitud inmensa, todos con escudos y broqueles, y armados cada uno con su espada. (Ezequiel 38, 4)

  • Yo te haré volver, te conduciré, te haré subir desde los confines del norte y te llevaré a las montañas de Israel. (Ezequiel 39, 2)

  • Cuando yo los haga volver de entre los pueblos y los congregue lejos de los países de sus enemigos, manifestaré mi santidad por medio de ellos a la vista de naciones numerosas. (Ezequiel 39, 27)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina