Talált 179 Eredmények: tuvo

  • El segundo año de Artajerjes el Grande, el primer día del mes de Nisán, Mardoqueo, hijo de Jaír, hijo de Semei, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, tuvo un sueño. (Ester 11, 2)

  • Entonces Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamá fueron a hacer lo que les había dicho el Señor, y el Señor tuvo consideración con Job. (Job 42, 9)

  • Tuvo además siete hijos y tres hijas. (Job 42, 13)

  • De David. Cuando se fingió demente delante de Abimélec, y tuvo que irse, echado por él. (Salmos 34, 1)

  • le opusieron resistencia. Él tuvo que huir y se retiró de allí muy amargado para volver a Babilonia. (I Macabeos 6, 4)

  • Este, al darse cuenta de que Nicanor había venido con pérfidas intenciones, tuvo miedo de él y no quiso verlo más. (I Macabeos 7, 30)

  • Jonatán tuvo noticias de que los generales de Demetrio habían regresado con un ejército más numeroso que el anterior, para combatir contra él. (I Macabeos 12, 24)

  • Extendió las fronteras de su nación y tuvo el país en sus manos. (I Macabeos 14, 6)

  • Pero un tal Simón, de la familia de Bilgá, que había sido designado administrador del Templo, tuvo diferencias con el Sumo Sacerdote en lo relativo al control de los mercados de la ciudad. (II Macabeos 3, 4)

  • Cuando Onías tuvo la evidencia de lo sucedido, se lo reprochó, después de haberse retirado a Dafne, ciudad que estaba cerca de Antioquía y gozaba de inmunidad. (II Macabeos 4, 33)

  • Sin embargo, no logró adueñarse del poder y finalmente, sin haber conseguido otra cosa que su propio fracaso, tuvo que huir de nuevo al país de Amán. (II Macabeos 5, 7)

  • Su conducta perversa tuvo un final desastroso. Acusado ante Aretas, soberano de los árabes, huyó de ciudad en ciudad; perseguido por todos, aborrecido como transgresor de las leyes y abominado como verdugo de su patria y de sus conciudadanos, fue a parar a Egipto. (II Macabeos 5, 8)


“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina