Talált 231 Eredmények: trono blanco

  • Ella le dijo: "Mi señor, tú mismo has hecho a tu servidora este juramento, por el Señor, tu Dios: ‘Tu hijo Salomón reinará después de mí y se sentará en mi trono’. (I Reyes 1, 17)

  • Por eso, todo Israel tiene los ojos puestos en ti, para que le anuncies quién debe sentarse en el trono de mi señor el rey, después de él. (I Reyes 1, 20)

  • Luego dijo Natán: "Mi señor el rey, sin duda tú has dicho: ‘Adonías reinará después de mí y se sentará en mi trono’. (I Reyes 1, 24)

  • Tal vez esta decisión provenga de mi señor el rey, sin que tú hayas querido hacer saber a tus servidores quién se sentaría en el trono de mi señor el rey, después de él". (I Reyes 1, 27)

  • hoy mismo daré cumplimiento a lo que te he jurado por el Señor, el Dios de Israel, cuando dije: Tu hijo Salomón reinará después de mí y se sentará en mi trono en lugar mío!". (I Reyes 1, 30)

  • Luego volverán a subir detrás de él, y él vendrá a sentarse en mi trono y reinará en mi lugar: yo lo he constituido jefe de Israel y de Judá". (I Reyes 1, 35)

  • Como el Señor estuvo con mi señor el rey, esté también con Salomón y engrandezca su trono más aún que el trono de mi señor el rey David". (I Reyes 1, 37)

  • Además, Salomón se ha sentado en el trono real, (I Reyes 1, 46)

  • y también los servidores del rey fueron a felicitar a nuestro señor el rey David, diciendo: ‘Que tu Dios haga el nombre de Salomón más ilustre que el tuyo y engrandezca su trono más que el tuyo’. El rey, en su lecho, hizo un gesto de asentimiento, (I Reyes 1, 47)

  • y también pronunció estas palabras: ‘¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha permitido hoy que un hombre de mi descendencia esté sentado en mi trono, y que lo vean mis ojos!’". (I Reyes 1, 48)

  • y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel. (I Reyes 2, 4)

  • Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su realeza quedó firmemente afianzada. (I Reyes 2, 12)


“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina