Talált 91 Eredmények: sueño
Yo escuché lo que dicen los profetas que profetizan falsamente en mi Nombre, diciendo: "¡He tenido un sueño! ¡He tenido un sueño!". (Jeremías 23, 25)
El profeta que tenga un sueño, que cuente ese sueño, y el que tenga mi palabra, que pronuncie fielmente mi palabra. ¿Qué tiene en común la paja con el grano? -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 28)
De pronto me desperté y abrí los ojos, y mi sueño había sido agradable. (Jeremías 31, 26)
Mientras entran en calor, les preparo un festín, los embriagaré para que se emboten; así dormirán un sueño eterno y no se despertarán -oráculo del Señor-. (Jeremías 51, 39)
Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus gobernadores, a sus prefectos y sus guerreros: ellos dormirán el sueño eterno y no se despertarán -oráculo del Rey cuyo nombre es Señor de los ejércitos-. (Jeremías 51, 57)
y él les dijo: "He tenido un sueño, y mi espíritu está ansioso por conocer ese sueño". (Daniel 2, 3)
Pero el rey tomó la palabra y dijo a los caldeos: "Mi decisión ya está tomada: si no me dan a conocer el sueño y su interpretación, ustedes serán cortados en pedazos y sus casas quedarán reducidas a un basural. (Daniel 2, 5)
En cambio, si me exponen el sueño y su interpretación, recibirán de mí obsequios, regalos y grandes honores. Por lo tanto, expónganme el sueño y su interpretación". (Daniel 2, 6)
Pero si no me dan a conocer el sueño, habrá para ustedes una sola sentencia. Ustedes se han confabulado para entretenerme con palabras engañosas y perversas, hasta que los tiempos cambien. Por eso, díganme el sueño, y así sabré que pueden exponerme su interpretación". (Daniel 2, 9)
El rey tomó la palabra y dijo a Daniel, llamado Beltsasar: "¿Eres tú capaz de darme a conocer el sueño que tuve y su interpretación?". (Daniel 2, 26)
Sin embargo, hay en el cielo un Dios que revela los misterios, y que ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá en los días venideros. Tu sueño y las visiones de tu imaginación, cuando estabas en tu lecho, fueron estos: (Daniel 2, 28)
Este fue el sueño; ahora diremos su interpretación en presencia del rey. (Daniel 2, 36)
