Talált 91 Eredmények: sueño

  • No ames el sueño, para no empobrecerte, abre bien los ojos y te saciarás de pan. (Proverbios 20, 13)

  • Dulce es el sueño del trabajador, sea que coma poco o mucho; al rico, en cambio, el estómago lleno no lo deja dormir. (Eclesiastés 5, 11)

  • Cuando me dediqué a conocer la sabiduría y a ver la tarea que se realiza bajo el sol, sin que los ojos se entreguen al sueño ni de día ni de noche, (Eclesiastés 8, 16)

  • durante diez meses tomé consistencia en su sangre, gracias al semen paterno y al placer que va acompañado del sueño. (Sabiduría 7, 2)

  • Durante esa noche verdaderamente impotente, salida de las profundidades del Abismo impotente, sumergidos en un mismo sueño, (Sabiduría 17, 14)

  • Enseñar a un necio es reparar una vasija rota o despertar a alguien de un sueño profundo. (Eclesiástico 22, 9)

  • Los desvelos del rico terminan por consumirloy el afán de riquezas hace perder el sueño. (Eclesiástico 31, 1)

  • La preocupación por el sustento no deja dormir, y priva del sueño más que una grave enfermedad. (Eclesiástico 31, 2)

  • A estómago sobrio, sueño saludable: uno se levanta temprano, y está bien despierto. Insomnio penoso, náuseas y cólicos: eso le espera al hombre insaciable. (Eclesiástico 31, 20)

  • y a la hora en que cada uno descansa en su lecho, el sueño de la noche perturba sus pensamientos. (Eclesiástico 40, 5)

  • Una hija es para su padre causa secreta de insomnio, y la preocupación por ella le quita el sueño: cuando es joven, se le puede pasar la edad, y si está casada, puede ser aborrecida. (Eclesiástico 42, 9)

  • Pasará como un sueño, una visión nocturna, el tropel de todas las naciones que atacaban a Ariel, todos los que combatían contra ella y su fortaleza y la tenían cercada. (Isaías 29, 7)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina