Talált 357 Eredmények: nuestros

  • porque tú los separaste para ti de entre todos los pueblos, a fin de que fueran tu herencia, como lo dijiste tú mismo, Señor, por medio de tu servidor Moisés, cuando hiciste salir de Egipto a nuestros padres". (I Reyes 8, 53)

  • ¡Que el Señor, nuestro Dios, esté con nosotros como lo estuvo con nuestros padres, que no nos abandone ni nos rechace! (I Reyes 8, 57)

  • ¡Que incline nuestro corazón hacia él, para que vayamos por todos sus caminos y observemos sus mandamientos, sus preceptos y sus leyes, que él dio a nuestros padres! (I Reyes 8, 58)

  • "Vayan a consultar al Señor por mí, por todo el pueblo y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que ha sido encontrado. Porque es grande el furor del Señor que se ha encendido contra nosotros, ya que nuestros padres no han obedecido a las palabras de este libro y no han obrado conforme a todo lo que está escrito en él". (II Reyes 22, 13)

  • David se presentó ante ellos y les dijo: "Si vienen como amigos para ayudarme, yo estoy dispuesto a unirme con ustedes; pero si vienen para entregarme a mis enemigos, siendo así que no hay violencia en mis manos, ¡que lo vea el Dios de nuestros padres y haga justicia!". (I Crónicas 12, 18)

  • David dijo a toda la asamblea de Israel: "Si a ustedes les parece bien y si el Señor, nuestro Dios, así lo decide, enviaremos mensajeros a nuestros hermanos que han quedado en todas las regiones de Israel y, además, a los sacerdotes y levitas en sus ciudades y poblados, a fin de que se reúnan con nosotros. (I Crónicas 13, 2)

  • Sí, Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos. (I Crónicas 17, 20)

  • Nosotros somos extranjeros y peregrinos delante de ti, como lo fueron nuestros padres: nuestros días sobre la tierra pasan como una sombra, sin esperanza. (I Crónicas 29, 15)

  • Señor, Dios de nuestros padres Abraham, Isaac e Israel, conserva para siempre estos mismos pensamientos en el corazón de tu pueblo y dirige su corazón hacia ti. (I Crónicas 29, 18)

  • y dijo: "Señor, Dios de nuestros padres, ¿acaso no eres tú el Dios del cielo y el que dominas a todos los reinos de las naciones? ¿No están en tu mano la fuerza y el poder, sin que nadie pueda resistirte? (II Crónicas 20, 6)

  • Dios nuestro, ¿no harás justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuera contra esta gran multitud que viene a atacarnos, y no sabemos qué hacer. Pero nuestros ojos están puestos en ti". (II Crónicas 20, 12)

  • y les dijeron: "¡No traigan aquí a esos prisioneros, porque nos haríamos culpables delante del Señor! Ustedes tratan de aumentar nuestros pecados y nuestras culpas, siendo así que nuestra culpa es ya demasiado grande y la ira del Señor pesa sobre Israel". (II Crónicas 28, 13)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina