Talált 217 Eredmények: momento

  • Ajior, jefe de todos los amonitas le respondió: "Si me escuchas un momento, te haré conocer la verdad acerca de este pueblo que habita en las montañas contiguas a las que tú ocupas; y nada de lo que yo te diga será falso. (Judit 5, 5)

  • Y tú, Ajior, mercenario amonita, que has pronunciado estas palabras en un momento de desvarío, no verás más mi rostro hasta que me haya vengado de esa raza escapada de Egipto. (Judit 6, 5)

  • Ha llegado el momento de acudir en ayuda de tu herencia, y de realizar lo que me había propuesto para aplastar a los enemigos que se alzaron contra nosotros". (Judit 13, 5)

  • Pero ahora cuéntame lo que has hecho durante todos estos días". Judit, en medio del pueblo, le contó todo lo que había hecho desde el día de su partida hasta ese momento. (Judit 14, 8)

  • No, si te quedas callada en este preciso momento, el alivio y la liberación les vendrán a los judíos de otra parte, mientras que tú y la casa de tu padre desaparecerán. ¡Quién sabe si no has llegado a ser reina precisamente para una ocasión como esta!". (Ester 4, 14)

  • y, en el momento de brindar, le dijo: "¿Qué es lo que pides, Ester? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué es lo que quieres? Aunque sea la mitad de mi reino, lo tendrás". (Ester 5, 6)

  • Luego el rey preguntó: "¿Quién anda por el patio?". En aquel momento, Amán llegaba al atrio exterior del palacio, para pedir al rey que colgara a Mardoqueo del patíbulo que había hecho preparar para él. (Ester 6, 4)

  • Aquel segundo día, en el momento de brindar, el rey volvió a decir a Ester: "¿Qué es lo que pides, reina Ester? Lo que sea, te será concedido. ¿Qué es lo que quieres? Aunque sea la mitad del reino, lo tendrás". (Ester 7, 2)

  • Los secretarios del rey fueron convocados en aquel mismo momento, el día veintitrés del tercer mes, que es el mes de Siván. Y tal como lo ordenó Mardoqueo, se redactó un documento dirigido a los judíos, a los prefectos, los gobernadores y los jefes de las provincias -eran ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía- a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua, y también a los judíos en su escritura y su lengua. (Ester 8, 9)

  • Y estas dos suertes se han verificado en la hora, el momento y el día del juicio delante de Dios y para todos los pueblos. (Ester 10, 11)

  • ¡Acuérdate, Señor, y manifiéstate en el momento de nuestra aflicción! Y a mí, dame valor, Rey de los dioses y Señor de todos los que tienen autoridad. (Ester 14, 12)

  • y les prestarán la ayuda necesaria para defenderse de quienes los ataquen en el momento de la persecución, ese mismo día trece del duodécimo mes llamado de Adar. (Ester 16, 20)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina