Talált 410 Eredmények: hace
Entonces no se comportarán como lo hacemos ahora. Aquí cada uno hace lo que mejor le parece, (Deuteronomio 12, 8)
Si en medio de ustedes, en una de las ciudades que el Señor, tu Dios, te dará, hay un hombre o una mujer que hace lo que es malo a los ojos del Señor, tu Dios, y quebranta su alianza, (Deuteronomio 17, 2)
Si un hombre tiene un hijo indócil y rebelde, que desobedece a su padre y a su madre, y no les hace caso cuando ellos lo reprenden, (Deuteronomio 21, 18)
La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre un vestido de mujer: el que lo hace resulta abominable a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 22, 5)
Maldito sea el hombre que hace un ídolo tallado o de metal fundido -abominación para el Señor, obra de un artesano- y lo guarda en un lugar oculto. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 15)
Todos están aquí para entrar en la alianza del Señor, tu Dios, esa alianza corroborada con una imprecación, que el Señor, tu Dios, hoy hace contigo, (Deuteronomio 29, 11)
Cuando Israel se estableció en Jesbón y sus poblados, en Aroer y sus poblados, y en todas las ciudades que están a orillas del Arnón, hace ya trescientos años, ¿por qué ustedes no las recuperaron? (Jueces 11, 26)
Partí llena de bienes y el Señor me hace volver sin nada. ¿Por qué me siguen llamando Noemí, si el Señor da testimonio contra mí y el Todopoderoso me ha hecho desdichada?". (Rut 1, 21)
No, hijos míos, no es nada bueno el rumor que se hace correr entre el pueblo del Señor. (I Samuel 2, 24)
Por las asnas que perdiste hace tres días, no te inquietes: ya las han encontrado. Además, ¿de quién va a ser todo lo que hay de valioso en Israel? ¿No será tuyo y de toda la casa de tu padre?". (I Samuel 9, 20)
Jonatán le respondió: "¡Ni pensarlo! ¡Tú no morirás! Mira, mi padre no hace absolutamente nada sin comunicármelo. ¿Por qué entonces me habría de ocultar este asunto? ¡No hay nada de eso!". (I Samuel 20, 2)
Entonces los jefes filisteos preguntaron: "¿Qué hacen aquí esos hebreos?". Aquís les respondió: "¿No ven que es David, el servidor de Saúl, rey de Israel? Ya hace uno o dos años que está conmigo, y no lo he sorprendido en ninguna falla, desde que se pasó a mi servicio hasta el día de hoy". (I Samuel 29, 3)