Talált 1130 Eredmények: enemigos de Judá

  • Por eso, cuando el Señor, tu Dios, te libre definitivamente de todos los enemigos que están a tu alrededor, en la tierra que él te dará en herencia, borrarás de todas partes el recuerdo de Amalec. ¡No lo olvides! (Deuteronomio 25, 19)

  • Después de cruzar el Jordán, las tribus de Simeón, Leví y Judá, Isacar, José y Benjamín, estarán en el monte Garizím, para proclamar la bendición al pueblo; (Deuteronomio 27, 12)

  • El Señor hará que caigan derrotados todos los enemigos que se alcen contra ti: vendrán a atacarte por un camino y por siete caminos huirán de ti. (Deuteronomio 28, 7)

  • El Señor te hará caer derrotado ante tus enemigos: saldrás a atacarlo por un camino y por siete caminos huirás de ellos; y todos los reinos de la tierra sentirán horror de ti. (Deuteronomio 28, 25)

  • Tu buey será degollado delante de tus ojos y no lo podrás comer. Tu asno será arrebatado de tu misma presencia y no te lo devolverán. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie saldrá en tu defensa. (Deuteronomio 28, 31)

  • servirás a los enemigos que el Señor enviará contra ti, en medio del hambre y la sed, de la desnudez y de toda clase de privaciones. Y él pondrá en tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte. (Deuteronomio 28, 48)

  • El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver". Allí, ustedes se venderán a sus enemigos como esclavos y esclavas, pero nadie querrá comprarlos. (Deuteronomio 28, 68)

  • Y él hará caer todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los adversarios que te hayan perseguido. (Deuteronomio 30, 7)

  • pero temí que sus enemigos se jactaran, que cayeran en el error y dijeran: ‘Nuestra mano ha prevalecido, no es el Señor el que hizo todo esto’. (Deuteronomio 32, 27)

  • Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca: nuestros mismos enemigos lo confirman. (Deuteronomio 32, 31)

  • cuando afile mi espada fulgurante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis enemigos y daré su merecido a mis adversarios. (Deuteronomio 32, 41)

  • Embriagaré mis flechas con sangre mi espada devorará carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas de jefes enemigos. (Deuteronomio 32, 42)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina