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  • Que sus buenas obras den testimonio de ella; tiene que haber educado a sus hijos, ejercitado la hospitalidad, haber lavado los pies a los hermanos, socorrido a los necesitados y practicado el bien en todas sus formas. (I Timoteo 5, 10)

  • Delante de Dios, de Jesucristo y de sus ángeles elegidos, te ordeno que observes estas indicaciones, sin prejuicios y procediendo con imparcialidad. (I Timoteo 5, 21)

  • y los conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de ganancias. (I Timoteo 6, 5)

  • Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: (I Timoteo 6, 13)

  • Que practiquen el bien, que sean ricos en buenas obras, que den con generosidad y sepan compartir sus riquezas. (I Timoteo 6, 18)

  • saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo. (II Timoteo 1, 2)

  • El que está bajo las armas no se mezcla en los asuntos de la vida civil, para poder cumplir las órdenes de aquel que lo enroló. (II Timoteo 2, 4)

  • por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada. (II Timoteo 2, 9)

  • y se extienden como la gangrena. Así sucede con Himeneo y Fileto, (II Timoteo 2, 17)

  • Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús. (II Timoteo 3, 15)

  • Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. (II Timoteo 4, 21)

  • A Tito, mi verdadero hijo en nuestra fe común, le deseo la gracia y la paz que proceden de Dios, el Padre, y de Cristo Jesús, nuestro Salvador. (Tito 1, 4)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina