Talált 276 Eredmények: Todavía
Judit gritó desde lejos a los guardias de las puertas: "¡Abran, abran las puertas! Dios, nuestro Dios, está con nosotros para manifestar todavía su fuerza en Israel y su poder contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy". (Judit 13, 11)
Todavía estaban hablando con Amán, cuando llegaron los eunucos del rey, y lo llevaron rápidamente al banquete que había preparado Ester. (Ester 6, 14)
Cuando el rey volvió del jardín del palacio a la sala del banquete, Amán estaba tendido sobre el diván donde se recostaba Ester. Entonces el rey exclamó: "¡Y todavía se atreve a violar a la reina estando yo en la casa!". Apenas el rey pronunció esta palabra, se abalanzaron sobre Amán y le taparon el rostro, (Ester 7, 8)
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Cayó del cielo fuego de Dios, e hizo arder a las ovejas y a los servidores hasta consumirlos. Yo solo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 16)
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 17)
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Tus hijos y tus hijas comían y bebían en la casa de su hermano mayor, (Job 1, 18)
Entonces el Señor le dijo: "¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal. Él todavía se mantiene firme en su integridad, y en vano me has instigado contra él para perderlo". (Job 2, 3)
Su mujer le dijo: "¿Todavía vas a mantenerte firme en tu integridad? Maldice a Dios y muere de una vez". (Job 2, 9)
Como una vid, perderá sus uvas todavía agrias, como un olivo dejará caer sus flores. (Job 15, 33)
Entonces Elihú, hijo de Baraquel, el buzita, tomó la palabra y dijo: Yo soy muy joven todavía y todos ustedes son ancianos; por eso me sentí intimidado, temeroso de exponerles mi saber. (Job 32, 6)
Después de esto, Job vivió todavía ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. (Job 42, 16)
Cuando todavía estaban leyendo la carta, llegaron otros mensajeros de Galilea, con las vestiduras rasgadas, trayendo esta noticia: (I Macabeos 5, 14)