Talált 157 Eredmények: Testimonio

  • Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa. (Hechos 2, 40)

  • Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. (Hechos 4, 33)

  • En el desierto, nuestros padres tenían la Morada del Testimonio. Así lo había dipuesto Dios, cuando ordenó a Moisés que la hiciera conforme al modeloque había visto. (Hechos 7, 44)

  • Y los Apóstoles, después de haber dado testimonio y predicado la Palabra del Señor, mientras regresaban a Jerusalén, anunciaron la Buena Noticia a numerosas aldeas samaritanas. (Hechos 8, 25)

  • Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre». (Hechos 10, 43)

  • Y cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad. (Hechos 13, 22)

  • Sin embargo, nunca dejó de dar testimonio de sí mismo, prodigando sus beneficios, enviando desde el cielo lluvias y estaciones fecundas, dando el alimento y llenando de alegría los corazones». (Hechos 14, 17)

  • Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio en favor de ellos, enviándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. (Hechos 15, 8)

  • Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra, dando testimonio a los judíos de que Jesús es el Mesías. (Hechos 18, 5)

  • Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios. (Hechos 20, 24)

  • porque tú darás testimonio ante todos los hombres de lo que has visto y oído. (Hechos 22, 15)

  • y vi al Señor que me decía: "Aléjate rápidamente de Jerusalén, porque ellos no recibirán el testimonio que tú darás de mí". (Hechos 22, 18)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina