Talált 345 Eredmények: número de levitas
Pero quienes se acerquen a mí para servirme y estén ante mí para presentarme la grasa y la sangre serán los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc -palabra de Yavé- porque mantuvieron las leyes de mi santuario cuando los Israelitas se apartaban lejos de mí. (Ezequiel 44, 15)
Y a los levitas que se preocupan del servicio de la Casa les darán un territorio de veinticinco mil codos por diez mil: allí estarán las ciudades en donde vivirán. (Ezequiel 45, 5)
Ese territorio será para los sacerdotes consagrados, esos descendientes de Sadoc que aseguraron mi servicio y no siguieron a los israelitas en su desvarío como lo hicieron los levitas. (Ezequiel 48, 11)
Aquellos pues tendrán un lote tomado de la parte más santa del país, al lado del territorio de los levitas. (Ezequiel 48, 12)
Tanto el territorio de los levitas como el de los sacerdotes tendrá veinticinco mil codos de largo por diez mil de ancho. (Ezequiel 48, 13)
Así pues, el príncipe recibirá su terreno a continuación del de los levitas y del de la ciudad, entre el territorio de Judá y él de Benjamín. (Ezequiel 48, 22)
Entonces se volverá contra las islas y se apoderará de buen número de ellas; pero un jefe le atajará y le humillará sin que él pueda vengarse. (Daniel 11, 18)
El que estaba de pie le dijo: «Corre a decir a este joven que Jerusalén será una ciudad abierta, pues será inmenso el número de habitantes y de animales que habrá en su interior. (Zacarías 2, 8)
Como Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gente pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos. (Evangelio según San Mateo 9, 10)
Jesús estuvo comiendo en la casa de Leví, y algunos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos; en realidad eran un buen número. Pero también seguían a Jesús (Evangelio según San Marcos 2, 15)
Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y con ellos se sentaron a la mesa un buen número de cobradores de impuestos y gente de toda clase. (Evangelio según San Lucas 5, 29)
Jesús se dirigió poco después a un pueblo llamado Naím, y con él iban sus discípulos y un buen número de personas. (Evangelio según San Lucas 7, 11)