Talált 258 Eredmények: guerra

  • pero Dios me dijo: No edificarás la Casa para mi nombre, pues eres hombre de guerra y has derramado sangre. (1 Crónicas 28, 3)

  • Si tu pueblo va a la guerra contra tus enemigos por el camino que tú le envías, si rezan a ti, vueltos hacia esta ciudad que tú has elegido, y hacia la Casa que yo he construido a tu nombre, (2 Crónicas 6, 34)

  • Pero no empleó a ninguno de los hijos de Israel como esclavo para sus obras, sino como hombres de guerra, jefes y escuderos, comandantes de sus carros y de sus caballos. (2 Crónicas 8, 9)

  • Los hechos de Roboam, del comienzo al fin, ¿no están escritos según el orden genealógico en la historia del profeta Semaías y del vidente Idó? Hubo guerra continua entre Roboam y Jeroboam. (2 Crónicas 12, 15)

  • Reinó tres años en Jerusalén. Su madre era Micaya, hija de Uriel, de Guibea. Siguió la guerra entre Abías y Jeroboam. (2 Crónicas 13, 2)

  • Miren que Dios está con nosotros, a nuestra cabeza, con sus sacerdotes y las trompetas que se van a tocar frente a ustedes. Hijos de Israel, no hagan la guerra contra Yavé, el Dios de sus padres, porque nada conseguirán.» (2 Crónicas 13, 12)

  • Entonces clamaron a Yavé y mientras los sacerdotes tocaban las trompetas, los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra; y cuando los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá. (2 Crónicas 13, 15)

  • Edificó ciudades fuertes en Judá, porque el país estaba en paz, y no hubo guerra contra él por aquellos años; pues Yavé le había dado tranquilidad. (2 Crónicas 14, 5)

  • No hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá. (2 Crónicas 15, 19)

  • El terror de Yavé se apoderó de todos los reinos y países que rodeaban a Judá, de manera que no hicieron guerra contra Josafat. (2 Crónicas 17, 10)

  • Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de sus carros de guerra: «No ataquen a nadie, ni a los grandes ni a los chicos, tan sólo al rey de Israel.» (2 Crónicas 18, 30)

  • Cuando los jefes de los carros de guerra vieron a Josafat, pensaron que era el rey de Israel y lo rodearon para cargar contra él. Pero Josafat invocó a gritos a Yavé y éste lo socorrió y los alejó de él. (2 Crónicas 18, 31)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina