Talált 290 Eredmények: boca

  • y yo les enseñaré todo lo que han de hacer, pues estaré en tu boca cuando tú le hables, y en la suya cuando él lo transmita. (Exodo 4, 16)

  • Será como una señal en tu mano, y como un recuerdo delante de tus ojos, a fin de que la enseñanza de Yavé esté siempre en tu boca; porque con mano fuerte te sacó Yavé de Egipto. (Exodo 13, 9)

  • Aarón y sus hijos hicieron todo como Yavé ordenó por boca de Moisés. (Levítico 8, 36)

  • (a todas esas órdenes que Yavé dio para que se observaran en el transcurso del tiempo, y que entregó por boca de Moisés). (Números 15, 23)

  • Balaam respondió a Balac: "Tú ves bien que he llegado, pero ¿qué puedo decir ahora? ¡Sólo las palabras que Dios pondrá en mi boca! (Números 22, 38)

  • Entonces Yavé puso una palabra en la boca de Balaam y le dijo: "Regresa donde Balac y transmítele esta palabra". (Números 23, 5)

  • Respondió: ¿No debo acaso decir lo que Yavé puso en mi boca?" (Números 23, 12)

  • Yavé se presentó a Balaam y puso una palabra en su boca, luego le dijo: "Regresa donde está Balac y transmítele esta palabra". (Números 23, 16)

  • La tierra abrió su boca y los tragó a ellos (y a Coré, cuando pereció su grupo) cuando el fuego devoró a doscientos cincuenta hombres: sirvió de escarmiento. (Números 26, 10)

  • Te hizo pasar necesidad, te hizo pasar hambre, y luego te dio a comer maná que ni tú ni tus padres habían conocido. Quería enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que todo lo que sale de la boca de Dios es vida para el hombre. (Deuteronomio 8, 3)

  • lo que hizo con Datán y Abirón, hijos de Eliab, de la tribu de Rubén, cuando la tierra abrió su boca y los tragó en medio de todo Israel, con toda su familia, sus tiendas y sus seguidores. (Deuteronomio 11, 6)

  • Yo haré que se levante de en medio de sus hermanos un profeta, lo mismo que hice contigo. Yo pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo mande. (Deuteronomio 18, 18)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina