Talált 87 Eredmények: ancho

  • Midió en seguida el muro de la Casa; tenía seis codos de alto; el ancho del corredor que rodeaba a la Casa era de cuatro codos. (Ezequiel 41, 5)

  • El ancho de las piezas iba aumentando en todo a medida que se subían; porque el corredor del edificio aumentaba gradualmente en todo el rededor de modo que el interior era más ancho en lo más alto, y así desde el pavimento se subía al piso del medio, y de éste al más alto. (Ezequiel 41, 7)

  • El tabique de esas piececitas tenía una vara de ancho alrededor de toda la Casa. (Ezequiel 41, 8)

  • El pasadizo que comunicaba las piezas tenía una entrada al norte y una entrada al sur; el ancho de ese pasadizo era de cinco codos. (Ezequiel 41, 11)

  • El edificio estaba al oeste del patio, de frente al mismo. Tenía setenta codos de ancho y noventa de largo; el muro del edificio tenía cinco codos de espesor en toda su extensión. (Ezequiel 41, 12)

  • La fachada de la Casa, que daba al patio hacia el este, tenía también cien codos de ancho. (Ezequiel 41, 14)

  • había un altar de madera de tres codos de alto; su largo y su ancho eran de dos codos. Tenía piezas angulares y sus adornos eran de madera. El hombre me dijo: "Esta es la mesa que está ante Yavé". (Ezequiel 41, 22)

  • Al lado norte, las salas tenían cien codos de largo y cincuenta de ancho. (Ezequiel 42, 2)

  • Frente a las salas había un corredor de cien codos de largo y diez de ancho; las entradas estaban por el norte. (Ezequiel 42, 4)

  • Al lado de ellas pasaba un corredor, esas salas tenían el mismo aspecto que las piezas que se encontraban al norte: la misma longitud, el mismo ancho, la misma puerta, la misma disposición, la misma entrada. (Ezequiel 42, 11)

  • Así midió los cuatro lados; un muro de quinientas varas a lo largo y a lo ancho separaba lo sagrado de lo profano. (Ezequiel 42, 20)

  • Estas son las dimensiones del Altar en codos del Templo. Este codo vale un codo ordinario y un palmo. El basamento completo es de un codo de alto y uno de ancho, con un borde exterior de un palmo. El altar se levanta de este modo: (Ezequiel 43, 13)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina