Talált 792 Eredmények: adoración en espíritu y en verdad

  • Sobre todo ámense de verdad unos a otros, pues el amor hace perdonar una multitud de pecados. (1º Carta de Pedro 4, 8)

  • Si son insultados a causa del nombre de Cristo, felices ustedes, porque la gloria y el Espíritu de Dios descansan sobre ustedes. (1º Carta de Pedro 4, 14)

  • Por eso siempre trataré de recordarles estas cosas, aunque las sepan y se mantengan firmes en la verdad que poseen. (2º Carta de Pedro 1, 12)

  • pues ninguna profecía ha venido por iniciativa humana, sino que los hombres de Dios han hablado, movidos por el Espíritu Santo. (2º Carta de Pedro 1, 21)

  • Muchos imitarán sus vicios, y por su culpa será desprestigiado el camino de la verdad. (2º Carta de Pedro 2, 2)

  • En la actualidad éstos son los que causan divisiones, se mueven en lo humano, y no tienen el Espíritu. (2º Carta de Pedro 3, 19)

  • En cambio ustedes, muy amados, construyan su vida sobre los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo (2º Carta de Pedro 3, 20)

  • Si decimos que estamos en comunión con él mientras caminamos en tinieblas, somos unos mentirosos y no estamos haciendo la verdad. (1º Carta de Juan 1, 6)

  • Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. (1º Carta de Juan 1, 8)

  • Si alguien dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandatos, ése es un mentiroso y la verdad no está en él. (1º Carta de Juan 2, 4)

  • Les escribo, no porque no conozcan la verdad, sino porque la conocen y porque la mentira no puede salir de la verdad. (1º Carta de Juan 2, 21)

  • pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado. (1º Carta de Juan 2, 27)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina