Talált 792 Eredmények: adoración en espíritu y en verdad
Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta. (Carta de Santiago 2, 26)
y todos tenemos nuestras fallas. El que no peca en palabras es un hombre perfecto de verdad, pues es capaz de dominar toda su persona. (Carta de Santiago 3, 2)
No sin razón dice la Escritura que el espíritu que habita en nosotros quiere tener cada vez más; (Carta de Santiago 4, 5)
Hermanos, si alguno de ustedes se extravía lejos de la verdad y otro lo hace volver, (Carta de Santiago 5, 19)
a los elegidos, a quienes Dios Padre conoció de antemano y santificó por el Espíritu para acoger la fe y ser purificados por la sangre de Cristo Jesús: ¡Que la gracia y la paz abunden entre ustedes! (1º Carta de Pedro 1, 2)
El Espíritu de Cristo estaba en ellos y les descubría de antemano los sufrimientos de Cristo y la gloria que iba a alcanzar; pero ellos se preguntaban quién sería y cuándo se realizaría eso. (1º Carta de Pedro 1, 11)
Estaban preparando lo que mantiene a los ángeles en suspenso, y que ahora les ha sido anunciado por los evangelizadores de ustedes, al mismo tiempo que el Espíritu Santo les era enviado desde el cielo. Y les fue revelado que todo esto sería, no para ellos, sino para ustedes. (1º Carta de Pedro 1, 12)
Por tanto, tengan listo su espíritu y estén alerta, poniendo toda su esperanza en esta gracia que será para ustedes la venida gloriosa de Cristo Jesús. (1º Carta de Pedro 1, 13)
Al aceptar la verdad, han logrado la purificación interior, de la que procede el amor sincero a los hermanos; ámense pues unos a otros de todo corazón, (1º Carta de Pedro 1, 22)
sino que más bien irradie de lo íntimo del corazón la belleza que no se pierde, es decir, un espíritu suave y tranquilo. Eso sí que es muy precioso ante Dios. (1º Carta de Pedro 3, 4)
Pues Cristo quiso morir por el pecado y para llevarnos a Dios, siendo esta la muerte del justo por los injustos. Murió por ser carne, y luego resucitó por el Espíritu. (1º Carta de Pedro 3, 18)
Pues no sin razón el Evangelio ha sido anunciado a muchos que han muerto; si bien en cuanto seres humanos han recibido la sentencia de muerte, a través del Espíritu viven para Dios. (1º Carta de Pedro 4, 6)