Talált 4435 Eredmények: Les

  • Pero él les dijo: «No, ustedes han venido a descubrir los puntos débiles del país.» (Génesis 42, 12)

  • Al tercer día José les dijo: «Les doy un medio para que se salven, pues yo también tengo temor de Dios. (Génesis 42, 18)

  • Rubén dijo a los demás: «¿No les decía yo que no le hicieran mal al muchacho? Pero ustedes no me escucharon y ahora estamos pagando por su muerte.» (Génesis 42, 22)

  • Ellos no sabían que José les entendía, pues entre él y ellos había un intérprete. (Génesis 42, 23)

  • José mandó llenar de trigo sus bolsas, devolverle a cada uno dentro de su bolsa su dinero, y también que se les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo. (Génesis 42, 25)

  • Les dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero: está aquí en mi bolsa.» Se quedaron sin aliento y se miraban asustados mientras decían: «¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?» (Génesis 42, 8)

  • Al llegar donde su padre Jacob, en la tierrra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido: (Génesis 42, 29)

  • Pero traíganme a su hermano menor, y así conoceré que ustedes son personas honradas y no espías. Sólo entonces les devolveré a su hermano y podrán moverse libremente por este país."» (Génesis 42, 34)

  • Ahora bien, cuando vaciaron sus bolsas, cada uno de ellos encontró su dinero en la boca de la misma. Este descubrimiento les produjo temor a ellos y a su padre. (Génesis 42, 35)

  • Jacob, su padre, les dijo: «Ustedes me van a dejar sin hijos: falta José, falta Simeón, ¡y ahora quieren llevarse a Benjamín! ¡Todas estas cosas recaen sobre mí!» (Génesis 42, 36)

  • y cuando se acabó el trigo que habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Vuelvan a comprarnos un poco de comida.» (Génesis 43, 2)

  • Israel, su padre, les dijo: «Ya que no queda más remedio, hagan lo siguiente. Échen en sus bolsas algo de los productos del país: tragacanto, miel, goma, láudano, pistacho y almendras, y llévenselo como regalo a ese hombre. (Génesis 43, 11)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina