Talált 182 Eredmények: Judas

  • Judas escogió hombres que combatieran a los de la Fortaleza mientras él purificaría el Templo. (1 Macabeos 4, 41)

  • Finalmente, Judas, sus hermanos y toda la asamblea de Israel acordaron celebrar el aniversario de la consagración del altar cada año, por ocho días, desde el veinticinco del mes de Casleu, con una fiesta alegre. (1 Macabeos 4, 59)

  • Judas puso en él una guarnición que lo defendiera. También fortificó Betsur para que el pueblo tuviera una fortaleza frente a Idumea. (1 Macabeos 4, 61)

  • En vista de eso, Judas declaró la guerra a los hijos de Esaú, en Idumea y la provincia de la Acrabatane, porque ésos cercaban a Israel, y les dio un golpe mortal; los humilló y se apoderó de sus despojos. (1 Macabeos 5, 3)

  • Pero éstos se refugiaron en la fortaleza de Datema y mandaron cartas a Judas y a sus hermanos en las que decían: «Los paganos que nos rodean se han unido contra nosotros para aplastarnos (1 Macabeos 5, 10)

  • Cuando Judas y sus hombres escucharon estas noticias, reunieron una gran asamblea para examinar lo que podían hacer en favor de sus hermanos que estaban en apuros y debían luchar por su vida. (1 Macabeos 5, 16)

  • Dijo Judas a su hermano Simón: «Escoge hombres y anda a librar a tus hermanos en Galilea; yo y mi hermano Jonatán iremos a Galaad.» (1 Macabeos 5, 17)

  • A Simón le dieron tres mil hombres para la campaña de Galilea, y ocho mil a Judas para la de Galaad. (1 Macabeos 5, 20)

  • Entre tanto, Judas Macabeo y su hermano Jonatán pasaron el Jordán y caminaron por el desierto durante tres días. (1 Macabeos 5, 24)

  • Inmediatamente, Judas volvió con su ejército hacia el desierto de Bosorá, ocupó la ciudad, pasó al filo de la espada a todos los hombres, se apoderó del botín y luego incendió la ciudad. (1 Macabeos 5, 28)

  • Judas comprendió que el asalto había comenzado; de la ciudad un fragor subía hacia el cielo, gritos y toques de trompetas. Entonces (1 Macabeos 5, 31)

  • De allí, pasó Judas a Alema, la asaltó, la ocupó, mató a todos los varones, se apoderó del botín y luego la incendió. (1 Macabeos 5, 35)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina