Talált 396 Eredmények: Hermano

  • Tomen a cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos, y ése es para mí un hermano, una hermana o una madre.» (Evangelio según San Mateo 12, 50)

  • En efecto, Herodes había ordenado detener a Juan, lo había hecho encadenar y encerrar en la cárcel, a causa de Herodías, esposa de su hermano Filipo. (Evangelio según San Mateo 14, 3)

  • Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. (Evangelio según San Mateo 17, 1)

  • Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano. (Evangelio según San Mateo 18, 15)

  • Entonces Pedro se acercó con esta pregunta: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta siete veces?» (Evangelio según San Mateo 18, 21)

  • Y Jesús añadió: «Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano.» (Evangelio según San Mateo 18, 35)

  • «Maestro, Moisés dijo que si alguno muere sin tener hijos, el hermano del difunto debe casarse con la viuda para darle un hijo, que será considerado descendiente del difunto. (Evangelio según San Mateo 22, 24)

  • Sucedió que había entre nosotros siete hermanos. Se casó el mayor y murió, y al no tener hijos, dejó su mujer a su hermano. (Evangelio según San Mateo 22, 25)

  • Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. (Evangelio según San Marcos 1, 16)

  • Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. (Evangelio según San Marcos 1, 19)

  • Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes puso el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; (Evangelio según San Marcos 3, 17)

  • Porque todo el que hace la voluntad de Dios es hermano mío y hermana y madre.» (Evangelio según San Marcos 3, 35)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina