Talált 59 Eredmények: �Abimelec

  • Por hacerle daño, los señores de Siquem prepararon emboscadas en las cimas de los montes y saqueaban a todo el que pasaba cerca del camino. Abimelec fue avisado. (Jueces 9, 25)

  • Un día salieron éstos al campo a vendimiar sus viñas, pisaron las uvas, hicieron fiestas y entraron en el templo de su dios, donde comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec. (Jueces 9, 27)

  • Entonces Gaal, hijo de Obed, exclamó: «¿Quién es Abimelec y qué es Siquem para que los sirvamos? Tanto el hijo de Jerubaal como su lugarteniente Zebul servían a Hamor, padre de Siquem. ¿Por qué les serviríamos también nosotros? (Jueces 9, 28)

  • ¡Quién pusiera este pueblo en mis manos! Yo echaría a Abimelec y le diría: Refuerza tu ejército y sal a la lucha.» (Jueces 9, 29)

  • Envió mensajeros donde Abimelec en secreto para decirle: «Mira que Gaal, hijo de Obed, ha llegado con sus hermanos a Siquem y está sublevando a la ciudad contra ti. (Jueces 9, 31)

  • Abimelec se levantó de noche con todas las tropas de que disponía y se emboscaron frente a Siquem, repartidos en cuatro grupos. (Jueces 9, 34)

  • Cuando Gaal, hijo de Obed, salió y se detuvo a la entrada de la ciudad, Abimelec y la tropa que le acompañaba salieron de su emboscada. (Jueces 9, 35)

  • Zebul dijo entonces: «Cómo decías: ¿Quién es Abimelec para que le sirvamos? Estos hombres que tú ves, ¿no son los que despreciaste? Ahora demuestra que sabes pelear.» (Jueces 9, 38)

  • Gaal salió al frente de la gente de Siquem y presentó batalla a Abimelec. (Jueces 9, 39)

  • Abimelec volvió a Aruma; pero Zebul expulsó a Gaal y a sus hermanos y no los dejó habitar en Siquem. (Jueces 9, 41)

  • Le avisaron a Abimelec, que tomó su tropa, la repartió en tres grupos y tendió una emboscada en el campo. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, cayó sobre ellos y los derrotó. (Jueces 9, 43)

  • Abimelec y el grupo que estaba con él atacó y tomó posición a la entrada de la puerta de la ciudad mientras los otros grupos se lanzaron contra todos los que estaban en el campo. (Jueces 9, 44)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina