26. Pero como ustedes mismos pueden ver y oír, ese Pablo ha cambiado la mente de muchísimas personas, no sólo en Efeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Según él, los dioses no pueden salir de manos humanas.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina