10. Todo lo que mis ojos deseaban, me lo concedí; no hubo placer del cual me haya privado, pues encontraba mi alegría en todo lo que hacía. Así al menos recogía el fruto de mi trabajo.





“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina