Eclesiastés (Qohelet), 2
10. Todo lo que mis ojos deseaban, me lo concedí; no hubo placer del cual me haya privado, pues encontraba mi alegría en todo lo que hacía. Así al menos recogía el fruto de mi trabajo.
10. Todo lo que mis ojos deseaban, me lo concedí; no hubo placer del cual me haya privado, pues encontraba mi alegría en todo lo que hacía. Así al menos recogía el fruto de mi trabajo.
Eclesiastés 2 aborda la búsqueda del autor de la felicidad y el significado en la vida a través de diversas experiencias y empresas, pero al final concluye que todo es vanidad y persigue el viento. Para complementar este tema, siguen cinco versos relacionados:
Proverbios 16:9: "El corazón del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos". El autor de Eclesiastés trató de planificar su vida en busca de felicidad y éxito, pero finalmente se dio cuenta de que la dirección de Dios es la más importante.
Mateo 6:19-21: "No te ayudes a los tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se rompen y roban. Pero te ayudan a los tesoros en el cielo, donde el rastro y el óxido no destruyen, y donde los ladrones No romper ni robar. Por el lugar donde está tu tesoro, entonces tu corazón estará ". Este versículo enfatiza la idea de que la búsqueda de riquezas y bienes materiales es en vano, ya que no traen felicidad duradera.
Filipenses 4:11-12: "No digo esto como necesariamente, porque he aprendido a contento con lo que tengo. Sé que sé cómo tener abundancia; en todos los sentidos, y en todas las cosas que estoy instruido, ambos ser abundante y hambriento; tanto tener abundancia como sufrir necesidad ". El autor de Eclesiastés trató de llenar su vacío interior con bienes y placeres materiales, pero este verso señala que la verdadera felicidad proviene de la satisfacción con lo que uno tiene.
Romanos 12:2: "No se ajuste al patrón de este mundo, sino que se conviertan en la renovación de su mente, para que puedan experimentar y demostrar la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios". El autor de Eclesiastés se dio cuenta de que seguir los estándares del mundo y buscar la felicidad en los placeres mundanos es inútil, este verso apunta a la necesidad de una renovación de la mente para encontrar la verdadera felicidad.
Mateo 16:26: "¿Porque el hombre ganará el mundo entero y perderá su alma? ¿O, ¿qué puede dar el hombre a cambio de su alma?" El autor de Eclesiastés trató de encontrar significado en la vida a través de placeres y logros, pero este versículo enfatiza la importancia de priorizar la vida espiritual y la eternidad.
“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina